El hormigón impreso permite gran cantidad de texturas y acabados. Se utilizan moldes para imprimir texturas (bajorrelieves) en el hormigón, logrando interesantes soluciones. Muy usado para ambientes externos, el hormigón impreso se coloca mucho en zonas transitadas o ámbitos de jardinería. Es mucho más fácil de colocar que baldosas, piedras, ladrillos o adoquines. Sucede que este material simula perfectamente cualquiera de estos revestimientos. Además, es mucho más duradero y económico. Se coloca con rapidez y su coste es increíblemente económico.
La alternativa del hormigón impreso es bastante usada en la actualidad. Otra de sus bondades es su mantenimiento sencillo. Esto lo convierte en un revestimiento económico, tanto al colocarlo como a largo plazo. Además, existen productos como el barniz para proteger su superficie y el mortero para hacer reparaciones. Todo esto hace de este hormigón una excelente alternativa en nuestra época.
Las ventajas del hormigón impreso
Sobran los motivos para usar este acabado. Sus aspectos positivos van más allá de simples cuestiones estéticas. Llega a ser mejor que otros materiales. Sus cualidades más notables son las que indicamos a continuación:
- Tiene una larga duración.
- Es muy fácil y rápido de instalar.
- Gran versatilidad: se crean diseños y texturas en base a los moldes que se pueden fabricar.
- Es un revestimiento que exige un mínimo de mantenimiento.
- Excelente antideslizante. Se usa como medida de seguridad, por ejemplo, en las piscinas.
Desde hace décadas, es una solución preferida por gran cantidad de arquitectos paisajistas. Los moldes son cada vez más creativos, abriendo una gama de posibilidades numerosas. Es así como este acabado goza de versatilidad. Se adapta a muchos estilos decorativos, manteniendo así la duración del concreto y una estética renovada.
Acabados más frecuentes con hormigón impreso
Se abre todo un abanico de texturas, formas y diseños que se pueden personalizar. Se logran muchas maneras de decorar este hormigón si se añaden pigmentos. No obstante, lo más común es que haya algunas texturas más usadas. Se trata de aquellas que simulan revestimientos como los que describimos a continuación.
- Adoquines: el adoquín es una piedra que se corta y pule para la construcción de pavimentos. Una textura de suelos usada desde hace siglos, misma que se simula con el hormigón impreso. Tiene la ventaja de que no hay adoquines que se despeguen.
- Baldosas: bien sea azulejos o mosaicos de diversos tamaños. Las baldosas requieren una junta y el conjunto de baldosas crea un diseño. En este caso, el molde copia las formas de estas baldosas y crea la geometría de su textura. Por supuesto, es un trabajo mucho más rápido en hormigón impreso que pegar todas las baldosas.
- Roca: una textura natural por excelencia. La textura de roca debe copiar la libertad de las líneas de estas piedras de gran tamaño. En el caso de los moldes, se logra un aspecto de lajas perfectamente acopladas. Como es de suponerse, se requiere cierta irregularidad en el diseño del estampado sobre el concreto.
- Ladrillo: la imitación de ladrillo es otra de las formas más demandadas del hormigón impreso. Una textura bastante clásica, usada en espacios como patios o jardines. Con cierto talante rústico, el ladrillo es un material que gusta mucho. En este caso, el concreto impreso lo copia en su textura con bastante éxito.
- Pizarra: realza mucho las superficies, bien sean verticales u horizontales. Tiene una interesante elegancia, pues no es una textura estática. Se añade que el diseño es bastante libre y dota de buenas cualidades antideslizantes. Por lo tanto, es una textura tan estética como útil.
Es evidente la versatilidad del hormigón impreso. Muy usado en ambientes externos, en las piscinas donde tiene más uso recientemente. Quienes usan una piscina, requieren de un suelo que no sea resbaloso, lo cual se logra con las texturas de este material. Es duradero, estético, económico y funcional. Por eso, es una opción que siempre se recomienda.