Cuando charlamos de emociones aflictivas nos referimos a aquellos estados sensibles y mentales que alteran el bienestar integral de una persona y su calidad de vida. Estos estados se identifican por sensaciones de sofocación, zozobra y agitación que influyen de manera directa en nuestra capacidad de actuar.
Todos sabemos que las emociones son reacciones psicofisiológicas precisas, puesto que contribuyen a nuestros procesos de adaptación del planeta, sin embargo, el desborde de las emociones o una administración sensible deficiente, resulta dañino para el individuo, en especial en el caso de las emociones aflictivas, que lo pueden desvincular de su nivel consciente.
Teniendo presente la relevancia de las emociones en la vida de las personas, hoy profundizaremos un tanto, en torno al tema de las emociones aflictivas.
¿Qué son las emociones aflictivas?
Las emociones aflictivas son estados sensibles caracterizados por la tristeza, el desánimo y la sofocación, es lo que en términos informales podríamos acotar como “emociones negativas” no obstante, desde los postulados sicológicos no se puede definir una emoción en negativo o positivo, debido a que cada una cumple una función adaptativa.
El término emociones aflictivas, menciona literalmente a aquellas emociones capaces de producir consternación en el humano. Sin embargo, es necesario tomar en consideración que este género de emociones mal gestionadas, pueden llevar al individuo a un decaimiento general que puede afectar de manera directa su calidad de vida y su forma de desenvolverse en el planeta.
¿Cuáles son las emociones aflictivas?
A fin de que comprendas mucho mejor el tema, te compartiremos ciertos ejemplos de emociones aflictivas que puedes probar a lo largo de tu vida. Reconocer el modo perfecto en que aparecen y para qué valen, puede asistirnos a utilizarlas a favor nuestro, en vez de dejar que nos dañen nuestro día a día.
En las emociones aflictivas encontramos:
1. Enfurezco
Cuando charlamos de enfurezco nos referimos a una reacción de repulsión en frente de personas o cosas que de un modo u otro afectan nuestra realidad, bien sea por el hecho de que se oponen a lo que queremos o aguardamos, o pues transgreden nuestros límites. En el enfurezco se incluyen diferentes emociones aflictivas semejantes como: Irritabilidad, odio, agitación, ira y enemistad.
dos. Apego
El apego es una condición en la que el individuo siente una atracción desaforada por personas o cosas, que acaban por trastocar su vida. Las emociones aflictivas asociadas al apego son: Celos, deSeo obsesivo, codependencia sensible, lascivia, avaricia y ansias.
Aparte de las precedentes, asimismo hay otras emociones aflictivas asociadas con el apego, desde el sentido en que nos sobreidentificamos con una idea o paradigma, estas emociones son: la culpa, la envidia, la vergüenza obsesiva e inclusive la duda y el orgullo.
Diferencia entre emociones aflictivas y emociones edificantes
La diferencia esencial entre emociones aflictivas y emociones edificantes, se encuentra en el efecto que cada una de ellas tiene en nuestro interior y en nuestra conducta. Las emociones edificantes, como su nombre lo señala, son aquellos que nos hacen sentir sosegados, robustecen nuestra seguridad y nos invitan a reacciones y acciones que se hallan más del lado de la bondad.
En las emociones edificantes hallamos la alegría, el amor, la compasión… considerados como cualidades o valores humanos elevados. No obstante, si una emoción de estas se sale de control asimismo puede llegar a transformarse en una emoción aflictiva, por servirnos de un ejemplo un amor desbordado puede llevar a un deSeo obsesivo, o a una codependencia sensible que concluya por afectar de modo negativo la vida de las personas.
De la misma manera, un exceso de optimismo puede impedir que veamos la realidad con claridad, haciendo que bajemos nuestras defensas ante situaciones amenazantes, lo que puede representar un golpe en frente de la resiliencia.
¿Se pueden alterar las emociones aflictivas?
La contestación más directa para ello es: Sí, se pueden alterar las emociones aflictivas a través de la administración sensible. Esto entiende una entendimiento profunda de nuestras emociones, y un equilibrio entre lo mental y lo sensible.
Lo precedente desea decir que las emociones son solo un síntoma de la vitalidad y un reflejo de nuestras dimensiones internas. Entonces, si reconocemos que las emociones aflictivas aparecen para patentizar un estado de inconformidad o malestar en frente de X o Y situación, podemos entender que son naturales y más esencial aún, qué vienen a mostrarnos, este proceso de racionalización de las emociones, nos deja a su vez darles una mejor administración, de forma que no tomen el control de nuestros actos.
Desde perspectivas sicológicas, de entrenamiento y espirituales como el budismo, se estima que la transformación de las emociones aflictivas se da, por un cambio de enfoque en el que se cultiva un estado opuesto al de este género de emociones. Esto no desea decir que deben negarse, sino más bien entenderse, reconocer su relevancia, mas el cambio se da, cuando las entendemos como estados transitorios y no creamos una sobreidentificación con ellas.
Existen múltiples técnicas para administrar las emociones aflictivas, entre ellas hallamos el Mindfulness y la meditación, asimismo es esencial encauzarlas de modo conveniente a través de la expresión, puesto que es más fácil convertir aquello que podemos poner en palabras. Para estos casos es ideal acudir a terapia sicológica, puesto que el sicólogo no solo marcha como una suerte de apoyo sensible, sino además de esto se representa como un intercesor entre la persona y sus emociones.
En el caso de no acudir a terapia sicológica, lo idóneo es tener una red de apoyo formada por amigos o familiares con los que puedas charlar claramente sobre tus sentimientos.
Por último, el arte asimismo puede ser de mucha ayuda en el momento de expresar esta clase de emociones. La escritura terapéutica, la pintura e inclusive la música, pueden ser recursos expresivos con los que las personas consiguen enfrentar sus emociones aflictivas.
Como ves, las emociones aflictivas son algo que se puede convertir a través de trabajo personal, en el que reconocemos que tener inteligencia sensible, es el paso inicial para tener una mejor relación con nosotros mismos y con el planeta.
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Referencias bibliográficas
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