En las virtudes de Santa Rosa de la ciudad de Lima se pueden contar la humildad, la penitencia y la fe. Esta Santa de origen peruano es un símbolo por antonomasia del amor y la entrega por los otros. Desde una perspectiva espiritual, las personas se santifican cuando consiguen encarnar las virtudes más elevadas en el plano terrestre, especialmente si esos dones son canalizados cara el servicio a el resto.

La historia de Santa Rosa de la ciudad de Lima, es la de una mujer entregada en cuerpo y ánima al servicio por los menos favorecidos y un caso para aquellos que desean conectar con lo más sagrado del ser. Santa Rosa de la ciudad de Lima fue la primera mujer canonizada en Latinoamérica, y por esto tiene tantos devotos y su historia resulta bien interesante.

Teniendo presente la relevancia de esta mujer para la historia sudamericana, hoy deseamos contarte un tanto sobre las virtudes de Santa Rosa de la ciudad de Lima.

¿Quién fue Santa Rosa de la ciudad de Lima?

El primer nombre de Santa Rosa de la ciudad de Lima, fue Isabel Flores de Oliva, quien nació en mil ochocientos cincuenta y seis en Lima. Su nombre varió, pues conforme medraba su semblante comenzó a ruborizarse y su mamá comenzó a llamarla Rosa. Es la Patrona del Perú y la primera mujer en ser canonizada en América Latina.

Un hecho particular, es que Santa Rosa de la ciudad de Lima fue Laica y no podría considerarse como una religiosa. Era una terciaria en la orden de Santurrón Domingo, lo que quiere decir que llevaba una vida consagrada a Dios, mas no en conventos, sino más bien en su casa. Diríase que el modelo a continuar para ella fue Santa Catalina de Siena, a quien procuró imitar, merced a sus virtudes y valores morales elevados.

Santa Rosa de la ciudad de Lima, descubrió sus dones espirituales desde temprana edad, y es por eso que a los veinte años toma los hábitos de Terciaria. Su vida es un caso de entrega a los desfavorecidos, dedicando su vida entera a la atención de pequeños y enfermos. En los hechos que la llevan a ser consagrada como santa, son sus dones de curación y sus visiones místicas.

Santa Rosa de la ciudad de Lima se dedicó al cuidado de los enfermos en un centro de salud cerca de su casa. De igual manera diríase que sus estados de éxtasis eran recurrentes y llegó a presagiar muchos acontecimientos, incluída su muerte. De exactamente la misma manera, cuentan los historiadores que se sometía a ayunos y actos de penitencia severos con el fin de robustecer su espíritu, lo que la llevó a comunicarse con plantas y animales, aparte de lograr el matrimonio espiritual con Jesucristo.

Primordiales virtudes de Santa Rosa de la ciudad de Lima

Como ves, su historia está repleta de acontecimientos que se salen de lo que estimamos realidad, para situarse en la esfera de lo espiritual. No obstante, alén de estas experiencias, las virtudes de Santa Rosa de la ciudad de Lima, la posicionan en el imaginario cristiano, como ejemplo a proseguir.

En las primordiales virtudes de Santa Rosa de la ciudad de Lima, encontramos:

1. Humildad

Si bien Santa Rosa de la ciudad de Lima fue dotada de una belleza excelente, renunció a ella, cortó su preciosa cabellera y se desvinculó de los factores estéticos de la temporada para consagrarse a Dios. Diríase que su carácter era dulce, sin un ápice de intención o soberbia. En verdad, día tras día de su vida lo pasaba con los desprotegidos e inclusive con personas con enfermedades que los forzaban a separarse de la sociedad.

En sus votos, se hallaba el de pobreza, y por eso renunció a una vida de lujos, en donde aun prefería pasar misma precariedades con tal de asistir a los más necesitados.

dos. Ayuno

Conforme con las biografías una de las virtudes de Santa Rosa de la ciudad de Lima más esenciales fue el ayuno. Esta práctica es considerada una virtud, pues implica la renuncia a los placeres, y el sacrificio preciso para conectar con dimensiones espirituales más elevadas.

Diríase que desde el instante en que tenía cinco años, la pequeña mostró su predilección por el ayuno, ayunando 3 días a la semana, además de esto en su cotidianeidad se abstenía de comer frutas exquisitas y a los quince años decidió parar de comer carne. Si bien la preocupación de su madre y de sus médicos hicieron que en ciertas ocasiones comiese, procuraba que tuviese un sabor desapacible, para no relacionar el alimento con un placer.

tres. Oración

Una de las cosas por las que es más reconocida Santa Rosa de la ciudad de Lima, es por atraer muchas personas cara la fe. Diríase que utilizaba la oración como herramienta para aguantar los sacrificios a los que misma se sometía con el fin de robustecer su espíritu.

De exactamente la misma manera, conforme con los historiadores, desde su infancia, prefería largas horas de oración sobre las actividades de esparcimiento, así que en vez de jugar como el resto pequeños, se pasaba el tiempo en su habitación en actitud de oración.

Diríase que la mayor parte de sus oraciones procuraban redimir a todos los que estimaba que estaban en “pecado mortal”, y muchos de sus sacrificios estaban orientados cara lo mismo.

cuatro. Evangelización

Ligado a lo precedente, su necesidad de asistir a los otros a lograr el favor de Dios, la llevaron a ser una enorme evangelizadora. Dedicó muchas horas de su vida a predicar y trasmitir los preceptos de la fe cristiana, con el fin de asistir a bastantes personas a proseguir la vida de Jesucristo, en la busca de que asimismo pudiesen ganarse la vida eterna.

cinco. Trabajo

Una de las razones por las cuales Santa Rosa de la ciudad de Lima no se internó en un convento, fue la posibilidad de consagrarse al trabajo para asistir a solucionar a su familia en la mitad de crisis económicas, y asimismo para asistir a otras personas que se hallaban en situaciones frágiles.

Aparte de llevar el peso de las tareas familiares en su casa, era una enorme costurera, y entregaba su trabajo para cuidar de los enfermos de modo voluntario. Uno de los datos más increíbles es que Santa Rosa de la ciudad de Lima dedicaba solo dos horas a reposar, a lo largo de doce horas trabajaba y las diez sobrantes las utilizaba para rezar.

En general estas son las virtudes de Santa Rosa de la ciudad de Lima más reconocidas. Aparte de estas se incluyen otras como la fe y la penitencia, consideradas como virtudes elevadas en las doctrinas cristianas.

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Referencias bibliográficas:

Del Busto, J. A. (dos mil veinte). Santa Rosa de la ciudad de Lima. Fondo Editorial de la PUCP.

Graziano, F., Nowack, K., Martínez, T. H., Galarza, N. C. L., Roedl, B., Vich, V., … & Espinosa, C. (dos mil dos). Santa Rosa de la ciudad de Lima y la política de la canonización. Gaceta andina, treinta y cuatro, nueve-cuarenta y cinco.

Martínez, T. H. (mil novecientos noventa y seis). Santa Rosa de la ciudad de Lima y la identidad criolla en el Perú colonial (ensayo de interpretación). Gaceta de Historia de América, siete-veintiseis.

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