En la construcción de casas de madera en ambientes naturales, los jardines muchas veces toman protagonismo. Y cuando llega el invierno, la preocupación por mantener la belleza exhuberante de las flores y plantas que han decorado y habitado las inmediaciones, se hace presente también.

Por eso, si tienes una casa de madera junto a un increíble jardín y no quieres ver cómo se echa a perder durante las temporadas más frías y hostiles del año, sigue leyendo con atención. Hemos traído esta pequeña guía para que los dueños de casas de madera puedan seguir estos ocho consejos fundamentales, confeccionados por expertos en jardinería, y disfrutar de sus jardines durante todo el año.

Las claves de mantenimiento de jardines de invierno

1. Quita solamente las plantas muertas

Aunque hay algunas plantas que pueden estar en los suelos para sumar nutrientes, también sucede que pueden provocar enfermedades, pestes y hongos; sobre todo si cuando estaban vivas padecían alguna de estas afecciones.

Si antes de que llegaran los climas más fríos las plantas se encontraban en excelente estado, entonces no hay ninguna necesidad de removerlas. Muy posiblemente puedan albergar a polinizadores que hibernan.

2. No tengas piedad con las hierbas invasoras del ecosistema

No es lo mismo una planta exótica que una planta invasora. Puedes tener plantas que no son nativas de tu jardín, siempre y cuando acompañen tanto a la flora como a la fauna nativa. Pero si, por ejemplo, tienes una enredadera que te ha matado a tus plantas, no importa qué bonita sea, quítala y tírala a basura.

Si quieres, puedes ahogar las plantas invasoras debajo de lonas o telas de jardín para luego usarlas de abono, pero debes saber que hay riesgo de que vuelvan a crecer y todo tu trabajo de desmalezamiento haya sido en vano.

3. Prepara los suelos para la primavera

Si bien muchas personas deciden hacer esta actividad durante la primavera, el otoño es un gran momento para agregarle al suelo la fertilización que necesita para las estaciones de mayor crecimiento.

Una vez puesta la fertilización necesaria, puedes cubrir tus suelos con una plantación de tréboles o cualquier cultivo de cobertura para que la lluvia o nieve no laven los nutrientes.

Tener este trabajo hecho significará menos trabajo en el verano y la primavera, y eso muy probablemente lo puedas agradecer en el futuro.

4. Elige cultivos de cobertura

En los climas más fríos, los cultivos de cobertura como el centeno, la arveja o el trébol crecen muy bien, y esto es genial para los suelos que necesitan que la materia orgánica sea compactada para formar grandes colchones de suelo fértil. Si quieres agregar un poco de nitrógeno a la tierra, las legumbres son una gran opción. Ten en cuenta que todos los cultivos que te hemos nombrado deben ser aptos para tu área geográfica.

5. Poda las plantas parennes con cuidado

Los meses fríos son ideales para realizar la poda anual, aunque debes elegir bien cuáles plantas necesitan un recorte y cuáles están bien, así como están.

Nuestro consejo es que te enfoques en las plantas aromáticas como romero, tomillo y la salvia, y además los rosales y vegetales como los espárragos y el ruibarbo. ¡Verás cómo crecen llenos de fuerza en las estaciones de calor!

Intenta no cortar las plantas con flores perennes, sobre todo las que tienen muchas semillas en la parte superior. Estas pueden ser un gran alimento para las aves, y además podrán darle color a tu jardín de invierno. También ten en mente que los tallos y las hojas brindan protección del frío a las coronas de las plantas, así que ten especial cuidado con la poda.

6. Regenera tu compost

Que sea invierno no quiere decir que debas ignorar el compost sobre el que has estado trabajando durante tanto tiempo. Si lo hicieras estarías desperdiciando el material que has compostado durante el verano y que muy probablemente esté listo para usar. Utilízalo para rellenar huecos de jardín, corregir suelos deficientes o fertilizar céspedes y jardines; muy rápidamente verás cómo se nutre el suelo y se ve estimulado el crecimiento para cuando llegue la primavera.

Si en otoño e invierno sigues produciendo compost, entonces intenta agregar muchas hojas, paja o aserrín junto a las capas de restos de cocina y otras materias verdes. Así, el frío no matará los agentes que descomponen la materia orgánica.

7. Haz una evaluación anual de tu jardín

Pregúntate si las frutas, vegetales, hierbas y plantas que has plantado han tenido el éxito que esperabas. Quizás haya mejores variedades para aquellas plantas que no dieron los resultados que esperabas. Toma notas detalladas de todo lo que funcionó durante la temporada; algunos de los éxitos y los fracasos se deberán al clima, pero la mayoría habrán sido la consecuencia de tus capacidades como jardinero.

La fertilidad del suelo, los niveles de humedad y la ubicación de las plantas son cosas que se pueden ajustar con facilidad si te anotas las lecciones aprendidas.

8. Limpia y afila tus herramientas de jardinería

Es posible que ya sepas que mantener las herramientas limpias y bien engrasadas durante todo el año es fundamental para que tengan una vida larga y útil. Pero lo cierto es que es difícil mantenerse al día con esta tarea durante los meses de más calor, cuando la jardinería está en su máxima actividad. Por eso recomendamos realizar esta tarea en otoño; es muy importante prestarle un poco de atención a las actividades de mantenimiento.

Primero lava las herramientas para eliminar la suciedad y los desechos. Si hay óxido en los filos o los engranajes, elimínalo con papel de lija o un cepillo de alambre. Afila azadas y palas con una lima de molino básica. Una piedra de afilar funciona bien para los podadores.

Para terminar, pasa sobre las superficies de sus herramientas un trapo engrasado cubierto con aceite ligero para máquinas. Esto ayudará a sellar el metal del oxígeno y prolongará la vida útil de sus herramientas por un año más.

Te hemos dado ocho increíbles consejos para que puedas mantener vivo y floreciente tu jardín durante el invierno y el otoño. Ahora puedes disfrutar de tus recreos de la jardinería en tu fabulosa casa de madera, leyendo un libro en tu mecedora junto a la chimenea.

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