Sin lugar a dudas, el cuidado de la piel es una de las preocupaciones más importantes del sector cosmético. Pero, a menudo, es la acumulación de hábitos saludables y la combinación de estos con productos de calidad lo que finalmente hace que la piel esté bien cuidada.

Cuidar la piel no es solo una cuestión de belleza o de encontrar el elixir de la eterna juventud. Es, en parte, una cuestión de prevenir un sinnúmero de enfermedades y padecimientos, por lo que seguir una serie de consejos oportunos puede ser una decisión de importancia.

Protegerla del sol

Los rayos del sol o rayos ultravioleta son uno de los principales agentes de riesgo para la salud de la piel. Sobre todo el sol desde las 10 am y hasta las 4 de la tarde, que es el más intenso en la mayoría de las ciudades del país.

Evitar la exposición durante esas horas, pero en general, utilizar un protector solar de amplio espectro y, de acuerdo a los estándares de calidad actuales, con un factor de protección de 15 al menos, puede ser una de las mejores formas de mitigar cualquier riesgo de salir a plena luz del día.

La hidratación adecuada

Aparte de tomar la cantidad de agua recomendada, que suele ser de al menos 2 litros de agua u 8 vasos de agua, según se mire, es necesario complementar la hidratación del cuerpo con una hidratación estrictamente pensada para la piel.

Productos como la crema hidratante Cerave, que está formulada para pieles secas y que incluso puede ayudar a prevenir las enfermedades relacionadas, como la psoriasis, pudiera ser una recomendación eficaz.

Sin embargo, en general, utilizar cremas y productos hidratantes que aporten la cantidad de agua necesaria, que eviten la irritación de la piel y la protejan, es lo elemental.

Potenciar los hábitos buenos

Sencillamente, para mantener una salud de la piel ideal se recomienda mantener buenos hábitos, como los siguientes:

  • Hidratarse adecuadamente, como se ha dicho, en torno a los 2 litros de agua por día.
  • Dormir bien, ya que la falta de sueño está asociada al envejecimiento prematuro de la piel.
  • Comer muchas frutas y verduras, por su aporte de agua, aparte de cereales y ácidos grasos saludables, para proteger de agentes externos y para aportar elasticidad y firmeza.

Minimizar malos hábitos

Así como los buenos hábitos pueden repercutir positivamente en la piel, los malos hábitos hacen evidentes sus negativos efectos:

  • Evitar fumar, ya que el tabaco aparte de mitigar la producción de colágeno y elastina, también es un factor de riesgo para el cáncer de piel.
  • Evitar las bebidas azucaradas, el café y sobre todo el alcohol, al menos en exceso, puesto que tienen efectos similares en lo referido al envejecimiento prematuro y a la proliferación de radicales libres.
  • Mantener a raya el estrés. El estrés es una de las razones de aparición de enfermedades cutáneas, como el acné, las manchas o la psoriasis.

Limpieza y exfoliación

La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Por lo tanto, no es una cobertura, sino una parte viva en sí misma, por lo que requiere de cuidados y mantenimientos para siempre sentirse saludable.

La limpieza, con jabones adecuados o al menos con toallas desmaquillantes, es una de las recomendaciones obvias. Una piel que se mantiene limpia es una piel que respira, que se rejuvenece y que no tiene impurezas que puedan dañarla.

Por su parte, la exfoliación es uno de los mejores métodos para remover células o piel muerta, para aportar nutrientes de forma directa y para tratar manchas o cuestiones asociadas con la textura irregular, producto de poros abiertos o de exposición al sol. Se recomienda hacer una exfoliación, con productos de calidad, al menos una vez por semana, si se puede.

El cuidado de la piel es una prioridad. Y como en casi todo, es la combinación de hábitos saludables y productos adecuados lo que termina consolidando resultados positivos.

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