Ser los dueños de una empresa es una responsabilidad abrumadora, poniendo a prueba nuestra resistencia tanto física como emocional a diario. Por lo tanto, buscar estrategias que optimicen nuestras habilidades como líderes y que mantengan unida al conjunto de la plantilla es una acción esencial que debemos realizar a menudo. En este orden de ideas, contratar a especialistas en coaching empresarial puede ser una de las decisiones más inteligentes. Una manera de optimizar radicalmente la productividad y la eficiencia, asegurando que todos los miembros del negocio reman en la misma dirección.
En qué consiste el coaching empresarial
El coaching empresarial, como su propio nombre indica, es un tipo de entrenamiento destinado a que todos los miembros de la compañía desarrollen capacidades que mejoren su desempeño laboral, incluyéndote a ti en la ecuación. Mediante un guía, en estas sesiones se abordan temas como el liderazgo, el compañerismo o el potencial individual que todavía no se ha sacado a flote. Con dicho asesoramiento personal, muy ligado al valor psicológico, cada uno de los individuos sometidos al coaching empresarial logrará multiplicar su desempeño en su puesto de trabajo.
Para ello, el primer paso de un buen coach empresarial es el de realizar una labor de diagnóstico de la situación. El profesional evalúa al equipo y a todos sus componentes, haciendo tanto sesiones conjuntas como individuales. De este modo, se construye un marco de trabajo competitivo para forjar lazos de alianza entre todos los participantes. A continuación, se marcan todos los objetivos asociados al desarrollo empresarial. Esto se ejecuta mediante la realización de talleres en los que se tratan temas como las habilidades, los valores de la empresa, las emociones del trabajador, la identidad del negocio o la estrategia en conjunto de la compañía.
Tras la puesta en común de los objetivos y el desarrollo de un plan de acción, el coach acompaña a sus clientes en el seguimiento de los resultados. Entre las metodologías más comunes durante este tipo de sesiones, encontramos algunas como los juegos de rol, la conversación tú a tú, el team building o las jornadas de reflexión. Diferentes formas de llegar al mismo fin, asegurando que la empresa marca un punto de inflexión en el que todos los que la componen se sienten más motivados que nunca para poner sobre la mesa todo su rendimiento.
Principales ventajas del coaching empresarial
Las empresas más destacadas de coaching han demostrado una clara efectividad en el desarrollo de sus sesiones. En este orden de ideas, es necesario comentar algunas de las herramientas de las que se nutren; tal y como es el caso de PNL, DMB y otras metodologías ágiles que provocan un cambio de pensamiento en la estructura del negocio. Como directivos de la corporación, queda en nuestras manos encontrar a aquellas entidades de coaching empresarial que han logrado despuntar en el sector. Hay muchas que prometen el cielo y la tierra, pero que terminan resultando una estafa. Sin embargo, las que se han ganado el rigor comercial, derivan en todo tipo de ventajas para el futuro de la empresa.
Entre los beneficios que encontramos, en primer lugar, cabe comentar aquellos que te servirán específicamente a ti. El desarrollo de las habilidades de liderazgo y gestión de grupo, la buena organización de tu sistema de trabajo, tener una visión clara de la empresa y sus objetivos o estructurar el conjunto del negocio son algunos de los más destacados. Porque eres el que lleva las riendas de todos los engranajes que mueven la compañía y de ti depende mantener el rumbo adecuado a corto y a largo plazo.Por otro lado, si nos centramos en las ventajas para la plantilla -que repercuten también en el resto de la empresa-, encontramos algunas como la cohesión del equipo, el desarrollo de la creatividad, la reducción de los conflictos, la mejora del ambiente laboral, el aumento de la productividad y la motivación o la conformidad con el empleo. Recuerda que los trabajadores son el verdadero motor de tu negocio y conviene tenerlos siempre con los cinco sentidos puestos en sus labores.