Antes que nada y a modo de introducción, abordaremos algunos datos que están vinculados a la experiencia tántrica. Para comenzar, el tantra está asociado a textos y principios que datan de cinco mil años atrás, cuyo significado no literal está relacionado con “tejido, regla, doctrina” y se vincula a filosofías orientales de China, de Japón y de India que se basan en la búsqueda de la armonía, del autoconocimiento, del control de los sentidos y de las sensaciones.
Según la tradición, Buda fue el primer maestro en transmitir estas enseñanzas que posteriormente fueron trascendiendo de boca en boca, para arribar a mediados del siglo XX al mundo occidental.
Ante los opuestos que plantean algunas religiones entre lo sagrado y lo profano, los tantras (escritos/enseñanzas) proponen cultivar todas aquellas experiencias que superen esos estadíos y valoren aquellos aspectos de la existencia que ofrezcan gozo y energía positiva. Sumar estas prácticas a la vida moderna regida por las exigencias de la productividad y el estrés, es incorporar bienestar y alivio.
Dentro de estas prácticas se encuentran el yoga tántrico, el sexo tántrico y el masaje tántrico, cada uno con sus particularidades.
El masaje tántrico, ¿en qué consiste?
Esta herramienta tan solicitada en la actualidad se ofrece en distintos sitios de Perú. Específicamente los masajes tántricos en San Isidro están destinados a todas aquellas personas que deseen experimentar los beneficios de la liberación y expansión del espíritu a través del goce y la relajación.
Si bien tiene un alto contenido erótico y sexual, no es su fin último. Muchas veces esto lleva a interpretaciones erróneas, puesto que el trabajo realizado por expertos se centra en la utilización de técnicas que estimulan las zonas erógenas de todo el cuerpo con el fin de estimular sensaciones y respuestas liberadoras de energías negativas, con calma y tiempo.
En general los masajes tántricos en San Isidro se realizan en espacios preparados especialmente para lograr sesiones de absoluta conexión, que tienen una duración de entre 2 y 4 horas aproximadamente, motivo por el cual quienes requieren este tipo de prácticas deben estar dispuestos a disponer de ese tiempo para alcanzar los resultados esperados.
Esos espacios recrean un ambiente sumamente tranquilo y acogedor con luz tenue, música suave, esencias y aromas que invitan a la relajación, estado que además se logra con ejercicios de respiración guiados por el o la terapeuta.
Los masajes suaves se realizan en todo el cuerpo mediante la estimulación sensual en un ámbito seguro y controlado, puesto que la finalidad no es la del orgasmo sexual, sino la de la expansión de la conciencia de uno mismo y de su entorno a través de todos los sentidos y de la comunión con el presente.
Suele ser una experiencia elegida por parejas con el fin de lograr una mayor intimidad, para revitalizar su vínculo o para resolver problemas de índole sexual, como la pérdida de su líbido o algún tipo de disfuncionalidad.
En el caso de individuos, la decisión de recurrir a los masajes tántricos según numerosos testimonios, está asociada a la necesidad de mejorar su calidad de vida luego de exigentes jornadas laborales. Con ellos han logrado la liberación de tensiones y una significativa mejora en su salud física y mental.
Los beneficios del masaje tántrico
Las prácticas tántricas de hoy que se basan en aquellas milenarias, tienen numerosos beneficios físicos, mentales y emocionales.
Algunos de ellos están relacionados con un mayor autoconocimiento y conexión con el propio cuerpo, aumento en los niveles de atención y de la percepción sensitiva, mejora en la gestión emocional y en las relaciones interpersonales, disminución de los niveles de estrés y de ansiedad, mayor confianza en uno mismo e incremento en la capacidad de aprendizaje, liberación de miedos y de prejuicios, mejor conexión con la pareja sexual, así como mejor rendimiento de las capacidades, entre ellas la comunicación. También fortalece el estado físico general, reduciendo sustancialmente diversos dolores.
